Durante el siglo XX las instituciones nacían con la pretendida condición de ser duraderas y de crecer permanentemente, de acuerdo al impulso de la
modernidad. Una de sus consecuencias era el otorgamientos a sus miembros de identificaciones materiales y duraderas, como eran los carnets, que luego con el paso de los años eran guardados como
documentos de la participación. Algunos de estos carnets de Naum Kreiman son presentados aquí, ya sean referidos a su actividad profesional o parapsicológica, en orden cronológico. Una utilidad
innegable es poder entresacar de ellos pequeños datos para ir completando una biografía o agregando detalles para colorear una personalidad.